Cocido de un vuelvo, cocido de dos vuelcos, cocido de tres vuelcos y hasta cocido de cuatro vuelcos existe, ¿tú como lo tomas? Está claro que los platos de cuchara son un clásico de la gastronomía cuando comienza el invierno y por supuesto, un buen cocido no puede faltar. Un plato humilde que nos hace salivar sólo con escuchar su nombre. Nos ayuda a entrar en calor y a pasar el invierno con más alegría.
Pero, ¿cuántos tipos de cocidos existen? Yo me atrevería a decir que tantos como zonas geográficas, según la región donde se cocine. El cocido de Lalín en Galicia; cocido andaluz con judías verdes y calabaza entre otras verduras, en Andalucía; cocido lebaniego en Cantabria; cocido de pelotas en Murcia; escudella i carnd’olla en Cataluña; pote asturiano en Asturias y por supuesto, el cocido madrileño en Madrid. En este último me voy a centrar.
Soy andaluza de nacimiento, pero madrileña de corazón y, aunque llevo muchos años aquí en Madrid, aun me resulta extraño comer el cocido como se come en la capital.Por eso, cuando me invitó Restaurante Alma of Spain a probar el suyo, no lo dudé. Este restaurante, ubicado en pleno barrio de Chamberí, ofrece su cocido los jueves en el menú de la semana, aunque también puedes comerlo otro día por encargo, previo aviso, a partir de 6 personas.
Para empezar nos sirvieron el aperitivo, unas piparras con tomate rosado y cebolleta tierna y unos cuenquitos de cerámica para probar las tres variedades de aceites de oliva virgen extra que tienen en el restaurante y en su tienda online: Monovarietal Picual, Cosecha Temprana y un Coupage.
La bandeja de panes me fascinó, tenían de centeno, cereales, pasas y hogaza. Todos son caseros y se elaboran en La Panotheca. Conociéndome tenía que probar todos.
Llegó el primer vuelco, la sopa de fideos servida en un puchero para cada dos comensales. Un caldo ligero, con sabor y sustancia, pero completamente desgrasado lo que ayuda a que no sea tan pesado. Ese día hacía mucho frio en la calle y agradecí poder calentarme con esa sopa tan exquisita.
El segundo vuelco no se hizo esperar, los garbanzos pedrosillano de Salamanca. Un garbanzo pequeño y redondeado que se caracteriza por sus cotiledones muy marcados y pico puntiagudo. Es el más pequeño de todas las variedades de garbanzos y uno de los más apreciados por su mantecosidad y sabor intenso. Una vez cocinado el garbanzo, conserva perfectamente su forma y su piel sin despellejarse, lo que hace muy agradable su degustación.
Por último, el tercer vuelco: las carnes, todas ibéricas de Guijuelo, y las verduras. Estas venían servidas en una bandeja de forma individual para cada uno.
Para acompañar este festín los vinos de distintas Denominaciones de Origen hicieron el resto, en mi caso un Rioja. Como broche final, recomiendo probar el tocino de cielo elaborado con mucho cariño por su jefe de cocina.
Como veis, a veces disfrutar de lo bueno puede ser algo sencillo.
Restaurante Alma of Spain
Dirección: Calle José Abascal, 8. Madrid
Página web: www.restaurantealmaofspain.com
Menú del día de lunes a viernes: 13,90 €