Patrimonio de la Humanidad desde 1999, Ibiza capital es un destino pensado para todo tipo de públicos: los que aman la fiesta, los que disfrutan la gastronomía, los que se apasionan con la historia, los que sueñan con el sol y la playa, los que prefieren la cultura o los deportes náuticos… y los que aman la gastronomía. Ahora Ibiza capital pone sus ojos en el futuro y abre sus puertas de par en par al viajero, eso sí, sin perder de vista su pasado milenario. FITUR ha sido testigo de la apuesta de Ibiza por la recuperación responsable del turismo con la campaña “Volver a sentir Eivissa-Ibiza”.

El alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, con la concejala de Turismo, Dessiré Ruiz, en FITUR

Si hay algo por lo que es reconocida Ibiza es por su gastronomía, una deliciosa cocina que está basada en los productos de temporada y de cercanía que aportan el intenso sabor de sus recetas.

Lo mejor de la cocina tradicional

Uno de los platos más emblemáticos es el bullit de peix con arroz a banda, un guiso de pescado hervido y condimentado con ali oli que se acompaña de un arroz seco de segundo plato. También se elaboran todo tipo de arroces, calderetas de marisco, pescados al horno y deliciosas tapas de calamares y pulpo.

En cuanto a las carnes, el plato más icónico es el sofrit pagès, un guiso de varios tipos de carne con patatas, embutidos y verduras. El pan es de gran calidad y, cuando se hornea, se aprovecha para hacer crostes, unas barras recocidas que luego se ablandan con agua y se comen en ensalada, con tomate, cebolla y pescado seco.

La repostería es también muy original y sobresale el flaó, una tarta de queso fresco con hierbabuena, y la greixonera, que se elabora con ensaimada del día anterior, sin olvidar el tradicional licor de hierbas ibicencas.

Buñuelos, uno de los postres tradicionales de Ibiza

La evolución de la Ibiza turística ha generado una oferta gastronómica multicultural, con restaurantes de cocina de autor, bares de pinchos, orientales, mexicanos, etc. Una oferta a la que se suma una amplia variedad de pastelerías, tiendas gourmet, mercados y colmados de toda la vida.

Todos estos platos pueden disfrutarse en los restaurantes de cocina tradicional que se hallan repartidos por toda la ciudad, aunque también la oferta gastronómica internacional es enorme. Conviene visitar el Mercat Nou, para descubrir los productos de la isla, y el Mercat Vell, dedicado a las verduras y las flores, además de las pastelerías, donde podrás encontrar las tradicionales empanadas y cocas de verduras y los dulces típicos. Sólo por la gastronomía, merece la pena viajar a Ibiza.

Mercat Vell

Patrimonio de la Humanidad

Se aproxima el verano y la capital de la isla balear, declarada Patrimonio Mundial por la Unesco en 1999, mira al futuro con perspectivas esperanzadoras, porque se espera que la ciudad siga despertando, con su particular estilo, tanta fascinación como lo hizo a lo largo de su historia, pues no hay que olvidar que los grandes pueblos del Mediterráneo (púnicos, romanos, bizantinos, vándalos, árabes, cristianos…) sintieron pasión por ella. Y hoy el turismo es una de su grandes fortalezas.

Un destino universal

En Ibiza capital hay espacio para todos, así que aquí tienen su destino aquellos que desean descubrir nuevos museos y espacios monumentales o los que prefieren degustar su rica cocina tradicional o aquellos que deciden descansar y empaparse de sol y playa. Ibiza abre sus puertas a todos y para todos tiene una oferta que no defrauda.

¿Empezamos por sus atractivos culturales? Pues toca dirigir nuestros pasos hasta el recinto amurallado de Dalt Vila, que fue declarado por la Unesco, en 1999, Patrimonio de la Humanidad. Esta fortaleza, que se levantó sobre las murallas medievales que hubo con anterioridad, fue construida por orden del Felipe II con una estructura de siete baluartes con forma de punta de flecha, unidos por lienzos de murallas.

Baluarte de Sant Joan, en Dalt Vila

Acceso al recinto amurallado

Se recomienda no llevar tacones para recorrer esta zona porque es la más alta de la ciudad y abarca unas 10 hectáreas de superficie que siempre miran al mar. El conjunto histórico posee cinco entradas, aunque su acceso principal está junto al puente levadizo del Portal de ses Taules, muy cerca del Mercat Vell, en el arrabal de La Marina.  Hay que subir por una rampa empedrada y saludar a dos estatuas romanas: la diosa Juno y el guerrero Cayo Julio Tirón, cuyos originales están en el Museo Arqueológico de la ciudad.

Una vez traspasado el portal, se accede a la plaza de armas, conocida popularmente como “El Rastrillo”, con un soportal con 10 arcos de medio punto donde en su día se instaló el primer mercadillo “hippy” de Ibiza. Toca después callejear, recorrer los baluartes de Dalt Vila, descubrir los bonitos rincones blancos del recinto amurallado y quedarse con la boca abierta con los paisajes que se contemplan desde lo alto, con el puerto de Ibiza y Formentera en la distancia.

Perspectiva del puerto y Dalt Vila

Una necrópolis con mucha historia

Merece la pena detenerse en la necrópolis de Puig des Molins, que ya existía en tiempo de los fenicios y que está considerada la más importante del Mediterráneo occidental, tanto por la diversidad de sus sepulturas como por su gran extensión y su estado de conservación. Se dice que el cementerio fue utilizado hasta el año 700 d.C. y, de todo el laberinto de sepulcros, sólo 340 son visibles desde el exterior y están excavados en la roca, siendo la mayor parte de ellos de la época púnica.

Junto a la necrópolis de Puig des Molins, se halla el Museo Arqueológico, que conserva valiosos restos fenicios y púnicos, además del panteón de los dioses Tanit, Baal Hamon y Eshmum, ligados todos ellos al amor y la fertilidad. Y es que la Ibiza cultural da para mucho.

Los museos más interesantes

Y ya que estamos hablando de museos, podemos recomendar también otros interesanres, como el Museu d’Art Contemporani d’Eivissa, con obra de los mejores artistas ibicencos y extranjeros vinculados a la isla; el Museo Puget, situado en Can Llaudis, uno de los palacios más hermosos de Dalt Vila, donde podrás descubrir la Ibiza rural plasmada en los cuadros de Narcís Puget Viñas y Narcís Puget Riquer, padre e hijo; el Museo Diocesano, ubicado en la catedral; o el Centro de Interpretación Madina Yabisa, donde se muestra la etapa musulmana de la isla y el interior de una torre de la muralla árabe. Y, para terminar, la Casa Colom, donde podrás ver documentos, cartas de navegación arte y objetos relacionados con la teoría de que Colón nació en la ciudad de Ibiza.

Centro de Interpretación Madina Yabisa

Una de las consecuencias de descubrir una ciudad con pasión es que los jugos gástricos se ponen a trabajar con gran facilidad. Y, en el caso de Ibiza, hay que decir que una de las grandes sorpresas que da la ciudad es la calidad y variedad de sus restaurantes. La cocina marinera es la más reconocida, con platos tan célebres como el “bullit de peix”, el “guisat de peix”, la caldereta de langosta, la “salmorra” de pescado o la “borrida de rajada”, pero también tienen buena fama sus platos de carne, como el “sofrit pagès” o el arroz de matanzas, y los que combinan mar y montaña, como los calamares rellenos de sobrasada.

Muelle pesquero

¿Y si nos vamos, ya con el estómago lleno, a disfrutar del sol y la playa? Porque Ibiza cuenta con tres extensos arenales, rodeados de hoteles, restaurantes, bonitas tiendas y todo tipo de servicios, donde podrás contratar excursiones en barca, practicar submarinismo, etc. Estamos hablando de la playa de Talamanca, en la bahía contigua al puerto; Ses Figueretes, junto a la entrada de la ciudad en dirección al aeropuerto, y Platja d’en Bossa, el arenal más extenso de la isla.

Playa de Talamanca

Maratones y eventos deportivos

Ibiza también tiene una amplio calendario de eventos deportivos que se suceden durante todo el año y que congregan a viajeros de todo el mundo. Se celebran maratones, triatlones aquathlones, competiciones de ciclismo de carretera y de montaña, trail y un largo etcétera. Las pruebas más conocidas son Ibiza Maratón (abril), Vuelta Ciclista a Ibiza en BTT (abril), Media Maratón de Ibiza (mayo), Ibiza Aquathlon (julio), Vuelta Cicloturista a Ibiza (octubre), Ibiza Trail Marathon (octubre), 3 Días de Trail Ibiza (noviembre) y la Carrera Ibiza Patrimonio Mundial (diciembre).

Artistas, creadores, literatos…

Hablar de Ibiza es hablar de libertad y de sueños. Es un territorio donde todos tienen cabida y donde todos son protagonistas de su particular historia. Por eso, fue uno de los pocos espacios “libres” de España durante el franquismo, gracias en gran parte a la llegada de la cultura hippie, que atrajo a artistas, creadores y literatos que proclamaron en voz impresa la autenticidad y la belleza de la isla.

Homenaje a los hippies, en el puerto

De hecho, los primeros hoteles de Ibiza se edificaron en los años 30, si bien el verdadero ”boom” turístico se produjo en los años 60, coincidiendo con la llegada de los hippies norteamericanos que huían de la guerra del Vietnam. Muchos formaron comunas, organizaron los primeros mercadillos callejeros e introdujeron, en plena dictadura, una forma de vida alternativa. Ibiza se convirtió en su Ítaca, al igual que sucedió con otros lugares exóticos del mundo, como Goa en India o Katmandú en Nepal. Y, así, la vanguardia se instaló en Ibiza. Hasta hoy.