
Destacan recetas como las berenjenas rebozadas en galleta con pomodoro y pesto, las flautas de pollo rebozadas en galleta y sésamo con dips, los chipirones con arroz negro de tinta de calamar y alcachofas con parmesano rallado y la carrillera de ternera a baja temperatura sobre crema de patata con leche de coco y pimiento dulce.


Entre las incorporaciones que ha querido hacer su chef Cosmin Nicula en María y la Galleta se encuentra el tartar de atún Balfego, salsa nikkei, huevo frito y arroz sushi y los tacos de bacalao en tempura con salsa de piquillo asado y huevas de pez volador.
Como no podía ser de otra forma, los postres de María y la Galleta son caseros y elaborados con galletas Fontaneda. En sus especialidades se encuentran la tarta de mamá de galleta y chocolate, el crumble de manzana con crujiente de galleta y helado de vainilla, la tarta de queso con base de galleta y el brownie con helado de galleta o vainilla.



Así, este restaurante del barrio Justicia apuesta por una cocina ideal para picotear algo antes o después de un paseo por las calles de Malasaña. Además, su cocina permanece abierta para disfrutar por la tarde de sus meriendas. Lo clásico y especial está presente también en la decoración del restaurante.
Cuadros, bastones, llaves antiguas, frascos de farmacia y piezas antiguas que podrían venir del Mercado de Las Pulgas en París son algunos de los detalles con los que Carlos Moreno Fontaneda crear un universo mágico y una atmósfera de cuento, propia de Alicia en el País de las Maravillas. Piezas que pertenecían a su tío Ángel, un gran coleccionista.
En María y la Galleta, al igual que en sus “hermanos mayores”, se ha cuidado mucho la iluminación. Durante el día, los clientes pueden disfrutar de la luz agradable y natural que entra a través de sus grandes ventanales, que rodean de esquina a esquina todo el salón. Desde el interior, se puede observar el antiguo Real Hospicio de San Fernando diseñado por Pedro de Ribera y el nuevo parque de Tribunal.
Por la noche, el restaurante se tiñe de un tono dorado que crea la atmósfera perfecta para una cena romántica, una celebración íntima con amigos o tomarse la primera copa después de cenar.
Sus suelos de madera recuperada en espiga, sus mesas de mármol y latón dorado, sus sillas de madera natural, así como sus vigas de hierro y madera, hacen de María y la Galleta un lugar mágico para los amantes de la decoración y la buena cocina. Además, como ya es habitual en los restaurantes de Carlos Moreno Fontaneda, los clientes se sentirán partícipes de la carta. Ésta se actualizará con frecuencia, incorporando los favoritos de la sección de sugerencias del mes y platos de temporada.