En estos días que vivimos, entre la imperiosa moda de la croqueta muy líquida por dentro que destronó al tartar de aguacate y salmón, tan de moda hace unos meses, y el asomo, discreto aún, del uso del té matcha para toda clase de postres, se encuentran los que sobreviven de forma estoica con la comida tradicional española.
La verdad es que no quiero pecar de no ser moderna pero reconozco que a veces me canso del pan bao, el pollo teriyaki y el huevo escalfado sobre tostada de aguacate.
Cuando hablamos de comida española es inevitable pensar en comida de cuchara, buenos pescados y carnes, aliños con fundamento y por supuesto, en aceite de oliva virgen extra.
Estas son algunas de las características de Restaurante El Aliño, un pequeño rinconcito en pleno Chamberí y muy cerca del Paseo de la Castellana famoso por sus desayunos y comidas. Con 15 años de historia, ha sabido adaptarse a los cambios y gustos de sus comensales pero, sin olvidar nunca su sello característico.
Me sorprendió mucho la eficacia del personal de sala y el trato exquisito. Su “aliño secreto” nos estaba esperando en la mesa mientras un camarero nos sonreía amablemente y nos preguntaba que queríamos beber.
Para abrir boca nos trajeron croquetas de rabo de toro y ensaladilla rusa…aún estoy pensando cuál de los dos platos me pareció más espectacular. Es curioso como algo tan sencillo puede recoger tanto sabor.
Reconozco que cuando como fuera de casa me da un poco de “pánico” pedir ensaladilla porque no sé si realmente es casera, pero os aseguro que la de El Aliño lo es y esta increíble.
Decidimos compartir una ensalada fresquita antes de pedir cada uno su plato. Colorida y refrescante gracias a la piña hacen de este plato un acompañamiento perfecto.
Y llega el momento clave, los platos principales. Mis acompañantes pidieron: callos, cachopo y lomo de bacalao al horno con salsa suave de mostaza. Yo por mi parte pedí merluza al horno con almendras fileteadas y jamón ibérico. ¿Pescado con carne? Sí, no os asustéis, estaba riquísimo y le daba un toque diferente a la merluza.
Obviamente como buenos foodies que somos, todos probamos del plato del otro.
Del mío tengo que decir que me pareció riquísimo el taco de merluza que me pusieron, se veía tierno y brillante. Colocado encima de una cama de patatas panaderas y pimientos rojos, lo coronaba un puñado de almendras tostadas y lascas de jamón. Para mí el mejor plato.
La presentación del bacalao de mi compañera era muy parecida pero incorporando la salsa mostaza. Reconozco que me sorprendió esta receta y creo que la incluiré en mi cuaderno de recetas para hacer en los días de vigilia.
En cuanto a la carne mis compañeros pidieron cachopo y callos. Desde hace tiempo tengo amor/odio con el cachopo, creo que nunca he probado uno que realmente me haga decir: -“Wooo!!”. Si no es por el empanado que es demasiado grueso y aceitoso es por el relleno que se ha quedado demasiado seco.
Tengo que decir que el del Restaurante El Aliño me gustó, el queso fundía muy bien y el relleno estaba perfecto, no era excesivo.
En cuanto a los callos destacaba la presentación típica en cazuela de barro y la textura melosa, que no espesa, de la salsa.
Como colofón final tarta mousse de chocolate negro y el flan de maracuyá. Este último es uno de los postres más famosos del restaurante pero tengo que decir que a día de hoy no tengo claro cual me gustó más, sobre todo si eres una gran amante del chocolate como yo. Definitivamente me quedo con los dos.
Por cierto, se me olvidaba, ¿os gusta el licor de café? ¡En Restaurante El Aliño lo tienen casero! ¡Ves! como tienes que ir a comer.
Restaurante El Aliño
Dirección: Calle Rafael Calvo, 40. Madrid
Teléfono: 913100074
Dirección web: www.elaliño.es